Libros, o pliegos, o literatura de cordel, hacen referencia a un tipo de literatura popular que se vendía en la calle y de esta manera: los cuadernillos colgaban de cuerdas. Tuvo gran éxito entre las clases populares y, desde el siglo XV al XIX, a menudo fueron los ciegos los encargados de venderlos en lugares señalados de la ciudad, de la misma manera que se vendían las frutas o la chamarilería. Aunque los temas fueron muchos, en algunas ocasiones tocaron también a los poderosos con sus vívidos relatos.

Esa imagen de las letras para todos y las letras en la calle, dispuestas en un tenderete como modernamente hemos visto los fanzines también, nos inspira al colectivo editor de Decordel para fabricar libros y revistas que gritan en la calle y que gritan entre la gente.