Sí, ya hemos mandado a imprenta Mientras tanto escribo para resistir. Sintiendo fronteras. Camboya-Marruecos, de Margarita Bujosa Segado. Se trata de un relato en primera persona, desde las entrañas y el cerebro, de la autora y sus vivencias con la comunidad de mujeres en lucha contra la expropiación de Boeung Kak y en la Frontera Sur. Pero también es una reflexión acerca de la potencialidad del trabajo académico –en su caso la etnografía– para involucrarse con la realidad y sumar en pos del cambio, y acerca de los motivos que mueven a la resistencia en diferentes ámbitos unidos por la agresión.
El libro se presentará la semana que viene en el marco del IV Congreso Internacional de Antropología AIBR, en Granada (el 6 de septiembre a las 17 h.).Estad atentos y atentas, en los próximos días daremos más información sobre esta novedad.
RESUMEN:
El libro entrelaza las historias de resistencia de personas que poco tienen en común; las neak tosu mate de Boeung Kak, denunciando y resistiendo a los abusos institucionales contra los Derechos Humanos en Camboya y los voyageurs, personas en proceso migratorio resistiendo a la violencia producida por el racismo institucionalizado durante el cruce de la frontera Sur de Europa. A pesar de vivir realidades únicas en contextos muy diferentes todas estas personas tienen en común la determinación, movidas por el dolor infringido a su existencia, de arriesgar diariamente tanto su libertad cómo su integridad física para resistir contra instituciones gubernamentales opresoras negándoles el derecho a existir. Estas personas son representadas en el imaginario occidental como la otredad parte del caos reinante más allá de las fronteras de occidente, de la cual estas mismas fronteras nos protegen. Sin embargo, desentrañando las causas al origen de la coyuntura y circunstancias de estas personas, rápidamente tomamos conciencia de cómo la realidad envolviéndolas se fundamenta, en gran medida, en decisiones políticas tomadas en el interior de las mismas fronteras excluyéndolas; resultando estas personas constreñidas a resistir contra esos regímenes autoritarios cuando en realidad es nuestro sistema económico y político (el occidental) quien mayor beneficio obtiene de su dolor.El nexo de unión entre las historias de estas personas fue mi propia historia. Expulsada de Camboya a causa de mi participación -en el marco de la investigación doctoral- en las actividades de resistencia llevadas a cabo por las neak tosu mate aterricé, movida por la curiosidad despertada por mi falta de empatía con las personas asesinadas en la frontera sur, en el seno de un grupo de voyageurs en Tánger. Una vez allí, ellos quieren que relate su historia de resistencia contra la violencia ejercida hacia ellos en la frontera sur; yo quiero escribir para contar las historias de personas ordinarias con el coraje necesario para resistir al designio injusto de un poder político y económico definido como democrático, sin embargo retroalimentándose en la explotación humana. La suma de nuestras necesidades da lugar a esta etnografía de la resistencia a la vez una etnografía para resistir.